Mientras manejábamos las 300 millas desde San Francisco hasta Lompoc, no sabíamos si las autoridades de la prisión nos iban a permitir ver a Gerardo Hernández, uno de los cinco cubanos prisioneros políticos encarcelados injustamente en los Estados Unidos.
La última vez que tratamos de visitar a Gerardo, fue unos días después de ser confinado en el "hueco" por orden del Procurador General de Justicia John Ashcroft citando medidas de "Seguridad Nacional". El 7 de marzo, a la entrada de la prisión de Lompoc, una persona del equipo legal nos dijo que probablemente nunca más podríamos ver a Gerardo.
Desde que salió del "hueco" el 28 de marzo, Gerardo no ha recibido otras visitas que las legales, o sea que aun nos quedaban dudas de si nos iban a dejar entrar o no. Temprano por la mañana, llenamos todas las formas necesarias y después que nos autorizaron avanzar del otro lado de las puertas de acero, aun temíamos que alguien nos negara la entrada a la sala de visitas. Solo pudimos estar seguros de que lo veríamos, cuando se abrió la puerta del área de visita y Gerardo, un Héroe para el pueblo cubano, caminó a nuestro encuentro, con una enorme sonrisa y su cabeza bien en alto.
Durante las seis horas siguientes, entre conversaciones sobre nuestras
respectivas familias y eventos mundiales, nos contó como sobrellevó 30 días en confinamiento solitario detrás de puertas dobles, en celdas de 5 pies de ancho por 6 pies de largo con una bombilla de luz constantemente encendida. Con excepción de su dignidad, le quitaron todas sus pertenencias personales. Desde el inodoro de la celda del piso superior a la suya, goteaban aguas de desagüe y le fueron suspendidas todas las comunicaciones y contacto con otros seres humanos.
Los cinco cubanos fueron llevados al "hueco" mientras se aproximaba el día de sus apelaciones. Esto ocasionó gran sorpresa a las personas alrededor del mundo que seguían de cerca el caso de los cinco cubanos, y también ocasionó sorpresa entre algunos guardias y otros prisioneros que conocen a Gerardo como prisionero modelo, de un comportamiento ejemplar.
Hay un chiste popular en Cuba de que los cubanos "siempre resuelven" todos sus problemas. Este humor es resultado de la escasez creada por más de 40 años de bloqueo unilateral por parte de los Estados Unidos en contra de Cuba. Cuando a Gerardo le dieron papel y sellos para enviar cartas a su abogado Paul McKenna pero no le dieron sobres, el también resolvió. Construyó un sobre con papel para escribir cartas, y lo pegó con pasta de dientes, y lo más importante es que la carta llegó a su destinatario.
La pregunta que teníamos en nuestras mentes era como hizo Gerardo para sobrevivir tanta crueldad y privaciones y cuando le preguntamos esto fue lo que nos contestó: "Nuestro confinamiento en el hueco no era una cuestión personal y la de mis otros cuatro compañeros, porque nosotros representamos la lucha del pueblo Cubano. Nunca me olvidé de eso. Yo sabía que detrás de nosotros estaba todo nuestro pueblo y que ellos harían todo lo posible para que se conociera nuestras condiciones y harían un llamado al mundo para que nos sacaran del hueco.
También sabía que todas las personas en solidaridad con la Libertad de los Cinco y muchos otros que están por la justicia y que están aprendiendo sobre nuestro caso, se movilizarían en nuestro nombre". Gerardo continuó diciendo que "También me sentí muy orgulloso de saber que muchos de ustedes en los Estados Unidos que apoyan la lucha por nuestra libertad estaban en las calles protestando la guerra de agresión de los Estados Unidos en contra del pueblo de Irak."
Gerardo recién está comenzando a responder las cientos de cartas atrasadas durante su encierro en el hueco y nos pidió en nombre de los Cinco agradecerles a todos por la solidaridad y el esfuerzo para que los sacaran del hueco.
Tal vez el gobierno norteamericano subestimó cuantos amigos tienen los Cinco Cubanos. Una cosa de la cual estábamos seguros mientras nos alejábamos de la prisión de Lompoc es que vimos a Gerardo más fuerte y con más determinación que nunca. También estamos seguros de que el papel del movimiento de solidaridad es el de continuar con el trabajo de informar a la mayor cantidad de personas sobre la injusticia del caso de los Cinco. El cambio de situación de los Cinco Cubanos al ser sacados del hueco fue un paso adelante, pero la victoria verdadera será cuando Gerardo, Antonio, Fernando, Ramón y Rene, sean libres y regresen a su patria.